viernes, 29 de octubre de 2010

Escocia. La gran desconocida




 
Escocia (en inglés, Scotland; en gaélico escocés, Alba; en idioma escocés, Scotland) es el más septentrional de los cuatro países constituyentes del Reino Unido. Junto con Inglaterra y Gales, forma parte de la isla de Gran Bretaña, abarcando un tercio de su superficie total; además consta de más de 790 islas. Limita al norte y oeste con el océano Atlántico; al este con el mar del Norte, al sur con Inglaterra y al suroeste con el Canal del Norte y el mar de Irlanda. El territorio escocés abarca 78.772 km2, y su población se estima en 5.116.900 habitantes, lo que da una densidad de población de 65 habitantes por km2. La capital es Edimburgo, siendo Glasgow la ciudad más grande y cuya área metropolitana agrupa de un 20% del total de la población escocesa.

El Reino de Escocia fue un estado independiente hasta 1707, fecha en la que se firmó el Acta de Unión con Inglaterra, para crear el Reino de Gran Bretaña. La unión no supuso alteración del sistema legal propio de Escocia, que desde entonces ha sido distinto del de Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte, por lo que es considerada en el derecho internacional como una entidad jurídica distinta. La pervivencia de unas leyes propias, y de un sistema educativo y religioso diferenciado forman parte de la cultura escocesa y de su desarrollo a lo largo de los siglos.

Surgido en el siglo XIX, el independentismo escocés ha ganado influencia desde finales del siglo XX; representado por el Scottish National Party (SNP, Partido Nacional de Escocia), que aboga por la independencia de Escocia,[1] obtuvo la mayoría simple en el Parlamento escocés en las elecciones de marzo de 2007.
La Crónica anglosajona del siglo X es el documento más antiguo en el que aparece el término Scotland, formado a partir del término latino Scoti, de origen dudoso, empleado como una referencia a los habitantes de Hibernia (la actual Irlanda). La palabra Scotia, aparecida en el latín vulgar, se empleó sólo para referirse a la zona de Escocia en la que se hablaba gaélico; además, este término alternaba con Albania, procedente del término gaélico para Escocia, Alba. El empleo del término Scotland para referirse a todo el territorio escocés sólo se generalizó en la baja Edad Media. En los tiempos modernos el término Scot se aplica a todos los habitantes de Escocia, independientemente de su origen étnico, ya que la identidad escocesa es primordialmente cívica y no étnica o lingüística. El término scot también se emplea para referirse al idioma escocés, hablado en algunas zonas de los Lowlands o Tierras Bajas Escocesas.

La bandera de Escocia consta de un aspa o Cruz de San Andrés blanca sobre fondo azul, emblema que también entró a formar parte de la bandera del Reino Unido o Union Jack en 1606. Hay muchos otros símbolos de Escocia, oficiales o no, tales como el cardo (la flor nacional), la Declaración de Arbroath, el dibujo del tartán, relacionado con los clanes escoceses, o la bandera del "León Rampante" que aparece en el Estandarte Real de Escocia.[2] [3] [4] El lema nacional es Nemo me impune lacessit, que puede traducirse como "Nadie me ofende impunemente", y que a su vez se relaciona con el cardo.
La canción Flower of Scotland es popularmente considerada como himno nacional de Escocia, compitiendo con Scotland the Brave. La primera es la que se emplea la mayoría de acontecimientos políticos y deportivos, como por ejemplo los encuentros de la selección de fútbol de Escocia, mientras que la segunda se usa para representar a Escocia en los Juegos de la Commonwealth. Dado que no existe un himno oficial, la disputa continúa abierta, especialmente tras la Descentralización de poderes de 1998, y existen otras canciones candidatas, como Scots Wha Hae, A Man's A Man for a'That o, más recientemente, I'm Gonna Be (500 Miles).[5]

La fiesta nacional de Escocia es el "Día de San Andrés", el 30 de noviembre, aunque la Burns Night o Noche de Burns, celebrada el 25 de enero en honor al poeta nacional, Robert Burns, tiene un mayor seguimiento. El "Día del Tartán" es otra celebración de invención reciente, y originaria de Canadá. En 2007, el Parlamento de Escocia aprobó el decreto oficial por el que el Día de San Andrés pasaba a ser bank holiday, día de fiesta oficial.[6]


Se ignora si Escocia estuvo habitada durante el Paleolítico, ya que las sucesivas glaciaciones que cubrieron su actual territorio han destruido todas las evidencias de asentamientos humanos anteriores al periodo Mesolítico. Se cree que los primeros grupos de cazadores-recolectores llegaron hace unos 11.000 años, cuando los hielos de la primera glaciación comenzaron a retirarse hacia el norte. Los primeros asentamientos aparecieron en el territorio escocés hace aproximadamente 9.500 años, y los primeros pueblos hace unos 6.000. De este periodo data por ejemplo el asentamiento de Skara Brae, en la más grande de las islas Orcadas, que se encuentra en muy buen estado de conservación, así como otros restos de viviendas, enterramientos y centros rituales del Neolítico encontrados sobre todo en las islas escocesas. Esta abundancia de construcciones que han sobrevivido al paso del tiempo puede deberse a la ausencia de árboles en la zona, que permitió a los pobladores primitivos crear construcciones en la propia roca local.
Restos de un asentamiento neolítico en Skara Brae, en las islas Orcadas.
[editar] Romanización de Escocia

La historia escrita de Escocia comienza con la romanización del centro-sur de Gran Bretaña (las actuales Gales e Inglaterra, que formaban la provincia de Britannia). Los romanos llamaron inicialmente Caledonia ("Tierra de Caledonios") a Escocia, por el inmenso bosque de pinos caledonios que se extendía de norte a sur y de este a oeste por todo el país. El principal pueblo asentado en aquella época en la región escocesa era el de los pictos, así llamados, aparentemente, por su costumbre de pintarse el cuerpo. Los escotos, por su parte, eran un pueblo de origen irlandés, también conocido como dalriadas, que se estableció en el oeste de Escocia. Durante este periodo existían por lo tanto dos reinos diferenciados: el del oeste de Escocia, Scotland, y el reino picto del este, Alba.

La romanización de Escocia fue un largo proceso con multitud de interrupciones: en el año 83 a. C., el general Cneo Julio Agrícola derrotó a los caledonios en la batalla del Monte Graupio,[7] [8] lo que permitió la construcción de una cadena de fortificaciones conocida como Gask Ridge, cerca de la Falla de las Highlands (sin adentrarse, al parecer, más al norte); poco después, sin embargo, los romanos se retiraron a los Southern Uplands ("Mesetas del Sur"), es decir, al tercio más meridional de Escocia, y comenzaron la construcción del Muro de Adriano para controlar a las tribus de la zona. Esta línea marcó durante casi todo el periodo de ocupación romana el límite septentrional del Imperio romano, pese a la construcción, más al norte aún, del Muro de Antonino. Esta frontera sólo pudo ser defendida durante breves períodos, de los cuales el más tardío tuvo lugar entre los años 208 y 210, durante el mandato del emperador Septimio Severo. En total, la ocupación de estas zonas de Escocia por parte de los romanos se extendió durante no más de 40 años, aunque la influencia latina en la parte más meridional, sobre todo entre las tribus de origen bretón, fue más duradera.


El reino de los pictos (con sede en Fortriu hacia el siglo VI) experimentó un importante desarrollo durante la Edad Media, quizás como respuesta al propio imperialismo romano.[9] Un hito importante en esta lucha por la supervivencia y la ampliación fue la batalla de Dunnichen (685), en la que los pictos derrotaron a las tribus de Northumbria durante el reinado de Bridei III (671–693). El reinado de Óengus I (732–761) fue igualmente un periodo de consolidación para el reino picto.[10] El reino de los pictos ocupaba en esta época, según la descripción de Beda el Venerable, una extensión similar a la que después ocuparía el reino de los escotos durante el reinado de Alejandro I (1107–1124). Sin embargo, ya en el siglo X, el reino picto fue dominado por una cultura de origen gaélico, estableciendo el mito de la ascendencia irlandesa de la dinastía real de Cináed mac Ailpín (Kenneth MacAlpin o Kenneth I).[11] En los siglos siguientes, partiendo desde su territorio original en el este de Escocia, al norte del fiordo de Forth y al sur del río Oykel, el reino picto logró controlar las tierras del norte y del sur. Hacia finales del siglo XII, los reyes de Alba habían añadido a su territorio el área angloparlante del sureste de Escocia y dominaban también las zonas de Galloway y Caithness; al final del siglo XIII, este reino se había extendido hasta alcanzar la extensión aproximada de la Escocia actual.
Estatua de Robert the Bruce a la entrada del Castillo de Stirling.

Sin embargo, ciertos procesos culturales y económicos iniciados en el siglo XII iban a hacer que durante la Baja Edad Media Escocia adquiriera rasgos bien diferentes. El principal impulso a esta transformación se produjo durante el reinado de David I de Escocia, que inició lo que se conoce como la Revolución davidiana. Esta es la época en la que se introduce el feudalismo en Escocia, se reorganizan las formas de gobierno y se fundan las primeras ciudades y pueblos con fueros propios (los llamados burghs). Estas instituciones, así como la inmigración de caballeros y clérigos franceses y anglo-franceses, facilitaron un proceso de "ósmosis cultural", durante el cual los territorios meridionales y costeros del reino de Alba se convirtieron en angloparlantes, como ya lo eran muchas de las tierras recién conquistadas en el sur; el resto del reino, en cambio, siguió conservando la lengua gaélica.[12]

La muerte de Alejandro III en 1286, seguida por la de su nieta Margarita I, rompió la línea sucesoria de la dinastía reinante. Esto llevó a la intervención de Eduardo I de Inglaterra, quien puso en el trono a su protegido Juan de Balliol. Cuando su relación se deterioró, se produjo un intento de conquista por parte de Inglaterra, que fue rechazado por William Wallace en la Guerras de independencia de Escocia. Por su parte, Robert the Bruce, conde de Carrick, se proclamó Rey de Escocia con el nombre de Roberto I de Escocia. La guerra con Inglaterra duró varias décadas, y la guerra civil entre los partidarios de la dinastía de Robert the Bruce (quien aseguraba ser descendiente de David I) y los partidarios de los Balliol, apoyados por Inglaterra, duró hasta mediados del siglo XIV. Pese a que la dinastía Bruce fue la vencedora, la ausencia de descendientes de David II permitió a su sobrino, Roberto II, ascender al trono y situar en él a la dinastía Estuardo. Los Estuardo gobernaron Escocia durante el resto de la Edad Media, un periodo de prosperidad que va desde el final del siglo XIV hasta la Reforma Protestante, pasando por el Renacimiento. Pese a ello, las luchas con Inglaterra continuaron, así como la división interna entre las Highlands o "Tierras Altas" y los Lowlands o "Tierras Bajas".


La Edad Moderna se abrió en la historia escocesa con el Rough Wooing o "cortejo violento" (1544 - 1551), una serie de ofensivas militares intermitentes mediante la cuales Inglaterra pretendía forzar un casamiento entre María I Estuardo y Eduardo VI de Inglaterra, objetivo que finalmente no logró. Además, el siglo XVI es el siglo de la Reforma Protestante, encabezada en Escocia por figuras como John Knox y apoyada desde Inglaterra.

En 1603, Jaime VI de Escocia heredó el trono de Inglaterra y se convirtió en Jaime I de Inglaterra. Sin embargo, con la excepción de un breve periodo conocido como "Protectorado", Escocia continuó siendo un estado independiente, aunque sacudido por constantes enfrentamientos entre la corona y los Convenanters, sobre la forma de gobierno de la Iglesia. Tras la Revolución Gloriosa y el derrocamiento del católico Jaime VII de Escocia por Guillermo III de Inglaterra y su esposa María II (1688), Escocia amenazó con elegir a un rey protestante distinto al de Inglaterra.[15] En 1707, sin embargo, tras las amenazas inglesas de cerrar el comercio con Escocia, se firmó el Acta de Unión, que certificaba la creación del Reino de Gran Bretaña.

Pese a esta unificación de los dos reinos, los defensores de la Casa de Estuardo, conocidos como jacobitas, seguían teniendo influencia en las Highlands y en la zona noreste del país, especialmente entre los no presbiterianos. Sin embargo, los levantamientos jacobitas producidos en 1715 y 1745 no lograron apartar del trono británico a la Casa de Hannover. Dichos levantamientos sirvieron además como excusa para el desplazamiento masivo de los habitantes de las Highlands, en lo que se conoce como Highland Clearances.

Tras la Ilustración y la Revolución industrial, Escocia se transformó en uno de los centros comerciales, intelectuales y culturales de Europa. Glasgow y Edimburgo, sobre todo, se desarrollaron rápidamente a finales del siglo XVIII, y durante el siglo XIX el surgimiento de la industria pesada en las riveras del río Clyde transformó a Glasgow en la "Segunda ciudad del Imperio Británico" después de Londres. La situación empeoró tras la Primera Guerra Mundial, en la que murieron un gran número de escoceses, provenientes sobre todo de las Highlands, pero en especial después de la Segunda Guerra Mundial, tras la cual la situación económica de Escocia empeoró rápidamente, con la desaparición de un gran número de industrias que ya no eran competitivas en el mercado internacional.[16] Sólo en las últimas décadas del siglo XX logró el país apuntar una recuperación económica y cultural, gracias al surgimiento de nuevos servicios financieros y del sector electrónico (en lo que se conoce como Silicon Glen), así como a los beneficios del petróleo y gas del mar del Norte.[17] En 1998 el Gobierno del Reino Unido concedió mayores niveles de soberanía a Escocia, restableciendo el Parlamento Escocés y devolviendo a Edimburgo, simbólicamente, la Piedra de Scone.


CULTURA ESCOCESA


A lo largo de los siglos, la cultura de Escocia se ha moldeado con la amalgama de distintos elementos. Existe una importante actividad artística, tanto musical como dramática y literaria, influida poderosamente por fuentes tradicionales escocesas, aunque también abierta a influencias externas, en especial europeas. La música ocupa un importante lugar en la cultura escocesa. El instrumento tradicional escocés más destacable es la gaita, en particular la gaita de las Highlands, un instrumento de viento consistente en uno o más tubos sonoros alimentados por una reserva de aire contenida en una bolsa. El Clàrsach o arpa celta, los violines y el acordeón también son instrumentos tradicionales escoceses, especialmente los dos últimos, que forman parte de una típica banda para danzas tradicionales escocesas. Los emigrantes escoceses llevaron consigo muchas de estas formas tradicionales de música, que influyeron en sus países de acogida, por ejemplo en la música country estadounidense.[51] En el panorama musical moderno, existen muchas bandas y artistas originarios de Escocia, tales como Belle & Sebastian, Primal Scream, Travis, Franz Ferdinand o Snow Patrol.

La literatura escocesa incluye los textos escritos en Escocia, en inglés, gaélico escocés, escocés, francés o latín. El considerado "poeta nacional", Robert Burns, escribió tanto en escocés como en inglés, aunque gran parte de su obra está escrita en una versión simplificada del escocés accesible para un público más amplio. Otros escritores escoceses de renombre internacional son Sir Walter Scott y Arthur Conan Doyle, cuyas obras tuvieron una repercusión internacional a finales del siglo XIX.[53] James Matthew Barrie, autor de Peter Pan, fue el creador del movimiento conocido como "escuela de Kailyard", también a finales del siglo XIX, que volvió a poner de moda la fantasía y el folclore en la literatura.[54] Esta tradición literaria ha sido considerada por algunos críticos como un freno a la evolución de la literatura escocesa, ya que se centraba en una imagen pastoril e idílica de Escocia.[54] Algunos novelistas modernos, como Irvine Welsh (autor de Trainspotting), han optado por reflejar las realidades más crudas de la vida contemporánea en las ciudades escocesas, utilizando para ello el inglés de Escocia.[

La televisión nacional es BBC Scotland (BBC Alba en gaélico), que forma parte de la British Broadcasting Corporation, el canal público del Reino Unido. Además de dos canales de televisión, la BBC también posee canales nacionales de radio: BBC Radio Scotland y BBC Radio nan Gaidheal, entre otros. Las principales televisoras privadas en Escocia son la STV y Border Television. También existen periódicos específicos del ámbito escocés, como el Daily Record, el The Herald (publicado en Glasgow) o el The Scotsman.[56] Entre los periódicos de difusión local o regional destacan el The Courier, publicado para Dundee y el este de Escocia, y el Press and Journal, para Aberdeen y el norte.[56]

La prenda tradicional escocesa es el kilt, la mal llamada "falda escocesa" —término que ofende a los escoceses—. El kilt suele estar hecho de lana, con un diseño de tartán que, tradicionalmente, se asocia a un determinado clan escocés. Cada escocés recibe un kilt a muy temprana edad, y lo utilizará en ocasiones especiales, como bodas, bautizos, comuniones... El kilt se enrolla alrededor de la cintura, y cubre la parte inferior hasta la altura de las rodillas; además, dado que no tiene bolsillos, puede complementarse con un bolso especial denominado sporran. En contra de la creencia popular de que bajo el kilt no debe vestirse ropa interior, lo cierto es que no hay ninguna norma establecida al respecto.


Las lenguas habladas en la actualidad o en el pasado en Escocia se dividen en dos familias: lenguas celtas y lenguas germánicas. La única lengua celta que todavía se conserva en Escocia es el gaélico escocés, hablado en algunas zonas de las Highlands y en las Islas Hébridas (zonas conocidas como Gàidhealtachd), pero que anteriormente se hablaba en zonas mucho más amplias, como atestigua la toponimia. Una variante del gaélico se hablaba también en la zona suroeste de Escocia, alrededor de Galloway, y también en Annandale y Strathnith, pero ha desaparecido. Ambas lenguas provienen del gaélico antiguo, descendiente a su vez del gaélico primitivo. Según el censo de Escocia de 2001, aproximadamente un 1% de la población total son hablantes de gaélico escocés.

Además, en la Escocia actual se hablan dos lenguas germánicas: el escocés y el inglés de Escocia. El escocés (en inglés, Scots o Lowland Scots) se habla en el sur de Escocia, en la zona conocida como Lowlands. Proviene de una variante septentrional del denominado inglés medio conocida como "escocés antiguo". Según el censo de 2001, aproximadamente un 30% de la población se consideraba hablante fluido de scots.[58] El inglés de Escocia, por su parte, es el dialecto estándar del idioma inglés hablado en Escocia. En él pueden encontrarse influencias del escocés y del gaélico escocés. La variante más septentrional constituye un dialecto diferenciado, el inglés de las Highlands, más influido aún por el gaélico escocés.



Escocia y la leyenda del Monstruo del Lago Ness.





lunes, 25 de octubre de 2010

London and Dublin

LONDON CITY

Londres (London en inglés) es la capital de Inglaterra y del Reino Unido. Situada a orillas del río Támesis en el sureste de la isla de Gran Bretaña, su establecimiento se data más de dos milenios atrás, fue fundada alrededor del año 43 por los romanos con el nombre de Londinium. El corazón de la ciudad, la antigua City de Londres, todavía conserva sus límites medievales, pero, al menos, a partir del siglo XIX, el nombre de "Londres" también ha denominado a la metrópoli que ha crecido a su alrededor. Actualmente, esta aglomeración conurbana forma la región de Londres de Inglaterra y el área administrativa del Gran Londres, con su propio alcalde y asamblea. En el Gran Londres se encuentran cuatro lugares distinguidos como Patrimonio de la Humanidad: la Torre de Londres; el asentamiento de Greenwich; el Real Jardín Botánico de Kew; y el lugar comprendido por el Palacio de Westminster, Abadía de Westminster y la Iglesia de Santa Margarita.

La población de Londres está formada por un amplio número de etnias, culturas, y religiones, además en la ciudad se hablan más de 300 lenguas. En 2007 la población oficial era de 7.512.400 en el área del Gran Londres. El Área Urbana del Gran Londres, la segunda más grande de la UE, tiene una población de 8.278.251 y el área metropolitana tiene una población estimada de 12 a 14 millones de personas. La red de transporte público, administrada por Transport for London, es una de las más extensas del mundo, y el Aeropuerto Heathrow es el aeropuerto con mayor tráfico internacional por volumen de pasajeros de Europa.

DUBLIN CITY


Dublín (en irlandés Baile Átha Cliath, AFI: [bˠalʲə aːha klʲiəh], o población del vado de cañizo[1] ) es la capital de la República de Irlanda. Está ubicada cerca del centro de la costa Este de la isla, en la desembocadura del río Liffey y en el centro del Condado de Dublín. Originalmente fue fundada por los vikingos en c.841 como base militar y centro de comercio de esclavos, y ha sido capital del país desde la Edad Media.[2] [3] Consta del área del Consejo de la Ciudad de Dublín junto con suburbios contiguos en el Condado de Dublín. Este último está subdividido en los condados administrativos de Dun Laoghaire-Rathdown, Fine Gall-Fingal, y el Consejo del Condado de Dublín Sur. La Gran Área consiste en la Ciudad de Dublín y el Consejo junto con los condados contiguos de Kildare, Meath, y Wicklow.

La población de la ciudad propiamente dicha era de 495.781 habitantes en el censo de 2002. En el mismo censo, la población total considerando la conurbación era de 1.004.614, pero ampliada junto al Condado ascendían hasta 1.122.821, mientras que en la Gran Área había 1.565.446 habitantes. Su gentilicio es dublinés. Contribuye con 60.000 millones de euros al PIB irlandés.


Ahora ya sabes algo más sobre estas dos ciudades, ¿te atreves a visitarlas?



martes, 19 de octubre de 2010

Ciudades del Mundo



¿Por qué viajar?

Porque es verdad que los viajes ilustran, nos hacen ver cosas a veces evidentes, a veces no tanto, sobre otras culturas pero mas importante, sobre nosotros mismos, un viaje conlleva aprendizaje. Las experiencias son buenas y malas también pero sobre todo son nuevas experiencias.Un viaje, me refiero a un gran viaje genera cambios en la persona, nos permite apreciar lo que tenemos en casa y nos permite ver que cosas pueden cambiarse para bien
Viajar se convierte en un vicio, hay algo que definitivamente solo se experimenta la primera vez que nos encontramos en un lugar extraño donde es muy probable que nadie hable nuestro idioma, cuando comemos por primera vez la comida típica del lugar, cuando comenzamos a interactuar con la gente, cuando comenzamos a entender como funciona el transporte, etc. Y esta sensación es tan agradable que dan ganas de repetirla lo mas que sea posible, repito viajar se vuelve un vicio.
Yo me considero un viajero del tipo independiente, prefiero armar mis propios itinerarios y buscar mis propios medios de transporte porque un viaje con guia o los llamados tours resultan muy limitantes ya que estan dirigidos al publico en general pero si uno tiene gustos particulares es probable que este tipo de viajes organizados por personas ajenas no se ajusten a lo que uno necesita. En cualquier viaje uno de mis objetivos es llevarme algo, y por supuesto no me refiero a cosas materiales sino a las experiencias.
¿quien dijo que viajar era aburrido? PAra quien lo piense así, aquí os dejo con algunas vistas de las ciudades más importantes del mundo. Disfrutádlas!

sábado, 9 de octubre de 2010

Beethoven: De aprendiz a maestro



                                                   
                    Beethoven: El Genio 

La familia de Ludwig van Beethoven, cuyos miembros contaban con una tradición musical naciente, vivía bajo condiciones modestas. Su abuelo paterno, llamado también Ludwig,[3] (Malinas, 17121773), era descendiente de una familia de campesinos y granjeros originarios de Brabante en la región de FlandesBélgica) que se trasladaron a Bonn en el siglo XVIII. La partícula van de su nombre, contrario a lo que pudiera creerse, no posee orígenes nobles, mientras que Beethoven probablemente pudo haberse derivado de Betuwe, una localidad de Lieja, aunque otra hipótesis apunta a que el apellido proviene de Beeth, que quiere decir remolacha y Hoven, que es el plural de Hof, que significa granja. Por ello, Beethoven quiere decir «granjas de remolachas».[4] (
En marzo de 1733, el abuelo Ludwig emigró a Bonn en donde trabajó como director y maestro de capilla de la orquesta del príncipe elector de Colonia. El 17 de septiembre de ese mismo año contrajo matrimonio con Maria Josepha Phall, cuyos testigos fueron el organista van den Aeden y Johann Riechler. Su hijo y padre de Beethoven, Johann van Beethoven (1740 - 1792) era músico y tenor de la corte electoral. El 12 de noviembre de 1767 Johann se casó en la iglesia de San Remigio en Bonn con Maria Magdalena Keverich (19 de diciembre de 1746 - 1787), una joven viuda e hija de un cocinero de Tréveris. Por ese motivo, el matrimonio contó con la oposición de Ludwig, su padre, que por aquel entonces ya era el prestigioso maestro de capilla de la corte y consideraba a la joven de una clase social inferior a la de su hijo.[4]
El matrimonio se trasladó al n.º 515 de la calle Bonngasse y dos años después, en 1769, nació su primer hijo, bautizado como Ludwig Maria van Beethoven. Sin embargo, apenas 6 días después de su bautizo, el niño falleció. El 17 de diciembre de 1770, fue bautizado su segundo hijo en la iglesia de San Remigio de Bonn, con el nombre de «Ludovicus van Beethoven», tal como se describe en el acta de bautismo. Su fecha de nacimiento, generalmente aceptada como el 16 de diciembre de 1770, no cuenta con documentación histórica que pueda respaldarla. María Magdalena tendrá aún cinco hijos más, de los que sólo sobrevivirán dos: Kaspar Anton Karl van Beethoven, bautizado el 8 de abril de 1774, y Nikolaus Johann van Beethoven, bautizado el 2 de octubre de 1776. Los biógrafos no tienen claras las fechas de nacimiento exactas de ninguno de los hijos de María Magdalena Keverich.

Primeros años de Vida

El padre de Beethoven estaba muy impresionado por el hecho de que Wolfgang Amadeus Mozart daba conciertos a los siete años y quería que su hijo siguiera sus pasos. Con la intención de hacer de Ludwig un nuevo niño prodigio, comenzó a enseñarle piano, órgano y clarinete a temprana edad.[5] Sin embargo, el estudio musical coartó el desarrollo afectivo del joven, que apenas se relacionaba con otros niños. En mitad de la noche, Ludwig era sacado de la cama para que tocara piano a los conocidos de Johann, a quienes quería impresionar; esto causaba que estuviera cansado en la escuela. Ya era usual que dejara de asistir a clases y se quedara en casa para practicar música.
Éstos no eran los únicos problemas. El padre era alcohólico, lo que ocasionaría que perdiera el puesto de director de la orquesta de Bonn —puesto heredado del abuelo Ludwig—, y la madre estaba frecuentemente enferma. Aunque la relación con Johann fuera más bien distante, Ludwig amaba mucho a su madre a la que denominaba su «mejor amiga».[5]
El 26 de marzo de 1778, cuando tenía 7 años, Beethoven realizó su primera actuación en público en Colonia. Su padre afirmó que la edad de Ludwig era de 6 años, para que el músico pareciera más joven y destacar su precocidad. Por ello, siempre se creyó que Beethoven era más joven de lo que era en realidad. Debido a que el talento musical y pedagógico de su padre era limitado, Ludwig comenzó a recibir clases de otros profesores. Sus avances fueron significativos, sobre todo en la interpretación del órgano y la composiciónChristian Gottlob Neefe. Neefe fue un profesor muy importante e influyente en su instrucción y supo valorar inmediatamente el nivel excepcional de Ludwig. Además de transmitirle conocimientos musicales, Neefe dio a conocer a Beethoven las obras de los pensadores más importantes, tanto antiguos como contemporáneos.[5] guiado por músicos experimentados como
En 1782, cuando contaba con 11 años de edad, Beethoven publicó su primera composición titulada 9 Variaciones sobre una Marcha de Erns Christoph Dressler (WoO 63). Un año después, Neefe escribió en la Revista de Música acerca de su alumno: «Si continúa así, como ha comenzado, se convertirá seguramente en un segundo Wolfgang Amadeus Mozart».[6] En junio del siguiente año, Ludwig es contratado como músico en la corte del príncipe elector de Colonia Maximilian Franz, por recomendación de Neefe. Este puesto le permitió frecuentar la música de los viejos maestros de capilla además de facilitarle la entrada en nuevos círculos sociales, en los que se encontraban algunos de los que serían amigos suyos durante toda su vida, como la familia Ries, los von Breuning (en cuya casa conoció a los clásicos y aprendió a amar la poesía y la literatura), el violinista Karl Amenda o el doctor Franz Gerhard Wegeler (con quien años más tarde viajaría a Viena).[5]

El primer viaje a Viena

Véase también: Mozart y Beethoven
Beethoven encuentra una vía de escape de la presión familiar en 1787 cuando, con 17 años, marcha a la capital austriaca apoyado por su mecenas, el conde Waldstein, quien sufraga los gastos del viaje y, lo más importante, le convence de sus posibilidades de éxito. Parece que durante este viaje a Viena tuvo lugar un fugaz encuentro con Mozart. En relación a este encuentro, solo existen textos de discutible autenticidad. De cualquier modo, la leyenda dice que Mozart habría dicho: «Recuerden su nombre, este joven hará hablar al mundo».[5]
Al poco tiempo su madre enfermó gravemente y su padre le pidió por carta que regresara a Bonn inmediatamente. Murió finalmente de tuberculosis el 17 de julio de 1787. Tras este hecho, Beethoven comenzó a ejercer el papel de su padre dentro del hogar familiar, ya que tras la muerte de su madre, su padre entró en depresión y su dependencia del alcohol se incrementó y por ello fue incapaz de cuidar a sus hermanos menores. A causa de su alcoholismo, Johann van Beethoven fue detenido y encarcelado. Tras esto, el joven Ludwig tuvo que asumir la responsabilidad y se vio obligado a mantener a sus hermanos y a sí mismo, tocando el violín con una orquesta y dando clases de piano durante cinco años, mientras que su padre seguía preso. Su padre falleció finalmente el 18 de diciembre de 1792.[5]

Y nació el Genio ...

En 1792 el príncipe elector de Bonn vuelve a financiar un viaje a Viena, ciudad en la que permaneció el resto de su vida componiendo, tratando de alcanzar un reconocimiento social a su persona por medio del arte y sufriendo un mal particularmente terrible para él: la sordera. Allí, Beethoven recibió clases de composición con Joseph Haydn, de contrapunto con Johann Georg Albrechtsberger y Johann Baptist Schenk y de lírica con Antonio Salieri.[5]
Durante este período tuvo varios duelos musicales con otros pianistas. El primero fue en 1792 durante un viaje con la orquesta de la corte, en el cual tocó con Franz Sterkel, ejecutando obras de dicho compositor. En 1800, tuvo lugar el famoso duelo (en el palacio de Lobkowitz) en el que Daniel Steibelt lo retó a que tocasen juntos. En dicha ocasión Beethoven tomó partituras de una obra de éste modificándolas (al mismo tiempo que las iba tocando) con tanta gracia, que Steibelt declaró que no volvería a Viena mientras Beethoven viviera allí y abandonó la ciudad, radicándose en París.[5]
Con 24 años publicó su primera obra importante: tres tríos para piano, violín y violonchelo (Opus 1) y el año siguiente, en 1795, realizó su primer concierto público en Viena como compositor profesional, en el que interpretó sus propias obras. Ese mismo año le propuso matrimonio a Magdalena Willman pero ésta se negó. Posteriormente, realizó una gira por Praga, Dresde, Leipzig, Berlín y Budapest. En 1796 publicó tres sonataspiano (Opus 2). La corte, la nobleza y la Iglesia vienesas acogieron la música de Beethoven y se convirtieron en mecenas y protectoras del joven músico. Eran frecuentes las disputas en estos estamentos y el compositor, debido al carácter fuerte e impulsivo del músico, pero este hecho le hizo granjearse un gran respeto en la ciudad. Entre sus mecenas se encontraban personalidades como el príncipe Karl von Lichnowsky y el barón Gottfried van Swieten.[5] Por esa época se desligó de Haydn, con el que no coincidía musicalmente pero a quien, a pesar de esto, dedicó los tres tríos. para
En 1800, Beethoven organizó un nuevo concierto en Viena en el que realizó la presentación de su Primera Sinfonía. Su actividad musical iba en aumento y también impartió clases de piano entre las jóvenes aristócratas, con las que mantuvo romances esporádicos. Al año siguiente, Beethoven se confiesa preocupado por su creciente sordera a su amigo Wegeler. En Heiligenstadt, el año siguiente escribió el conocido Testamento de Heiligenstadt, en el que expresa su desesperación y disgusto ante la injusticia de un músico pudiera volverse sordo, algo que no podía concebir ni soportar. Incluso llegó a plantearse el suicidio, pero la música y su fuerte convicción de que podía hacer una gran aportación al género hicieron que siguiera adelante. En dicho testamento escribió que sabía que todavía tenía mucha música por descubrir, explorar y concretar.[5]
Su música inicial, fresca y ligera, cambió para convertirse en épica y turbulenta, muy acorde con los tiempos revolucionarios que vivía Europa. Eran años en que las potencias monárquicas europeas se habían aliado para derrotar a la Francia revolucionaria. En una deslumbrante campaña en el norte de Italia, en la que el ejército austríaco fue derrotado, adquirió notoriedad Napoleón Bonaparte, que se convirtió en un ídolo entre los sectores progresistas. De esta época son Sonata para piano n.º 8, llamada Patética, y Sonata para piano n.º 14, llamada Claro de luna. Su Tercera Sinfonía, llamada la Eroica, estaba escrita en un principio en «memoria de un gran hombre», Bonaparte, que era visto en ese momento como un liberador de su pueblo. Cuando se declaró a sí mismo Emperador, Beethoven se enfureció y borró violentamente el nombre de Napoleón de la primera página de la partitura. La Eroica se estrenó finalmente el 7 de abril de 1805.
uy pronto Beethoven dejó de necesitar los conciertos y recitales en los salones de la corte para sobrevivir. Los editores se disputaban sus obras; además, la aristocracia austriaca, quizás avergonzada por la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart en la pobreza, le asignó una pensión anual. Debido a la pérdida de sus capacidades auditivas, se entregó a una febril actividad creadora, y, a la par, sufrió penalidades personales producidas por dos desengaños amorosos. No llegó a casarse nunca pero se le atribuyen varios romances, sobre todo entre damas de la nobleza. Quizá el gran amor de su vida fue Antonie von Birkenstock, casada con el banquero alemán Franz Brentano. Luego todo terminaría mal y rompería con Antonie. Entre 1804 y 1807 estuvo enamorado de la joven y bella condesa Josephine Brunswick, viuda del conde Joseph Graf Deym. Su amor era correspondido por parte de la condesa pero éste no pudo concretarse debido a las rígidas restricciones sociales de la época y la estricta separación entre la nobleza y el vulgo, por lo que la relación cesó. Durante este período, Beethoven había terminado Leonore, su única ópera. Compuso hasta cuatro oberturas diferentes y finalmente cambió el nombre de dicha ópera a Fidelio, en contra de sus deseos. El 20 de noviembre de 1805 fue la fecha de la primera representación, que tuvo poca afluencia de público ya que esa misma semana las tropas de Napoleón habían entrado por primera vez en Viena. En los años siguientes, Beethoven incrementó su actividad creadora y compuso muchas obras, entre ellas la Quinta Sinfonía, la Sinfonía Pastoral, la Obertura Coriolano y la bagatela para piano Para Elisa.[5]
Sus apariciones en público eran cada vez más infrecuentes. El 22 de diciembre de 1808 Beethoven dio uno de sus últimos conciertos en vivo, en una larga jornada que incluyó el estreno de la Fantasía para piano, orquesta y coro Op. 80, las sinfonías Quinta y Sexta, el Concierto para piano n.º 4 Op. 58, el aria Ah, perfido! y tres movimientos de la Misa en do mayor Op. 86. Tuvo como alumno al archiduque Johann Joseph Rainer Rudolph, hermano del Emperador, y eventualmente se convirtió también en su más grande benefactor. En 1809, Beethoven no estaba conforme con su situación en Viena, especialmente bajo el aspecto económico. Entonces se planteó la invitación de Jerónimo Bonaparte, para dejar Viena y trasladarse a Holanda. Su vieja amiga la condesa Anna Marie Erdödy, logró convencer a Beethoven para que se mantuviera en Viena con la ayuda de sus más ricos admiradores, entre los que se encontraban el archiduque Rudolf, el príncipe Lobkowitz y el príncipe Kinsky, que ofrecieron a Beethoven una pensión anual de 4.000 florines, lo que le permitió vivir sin preocupaciones económicas. La única condición que le pusieron fue no abandonar la ciudad de Viena, condición aceptada por el compositor. Dicha pensión lo convirtió en el primer artista y compositor independiente de la historia, ya que anteriormente los músicos y compositores (Bach, Haydn y Mozart incluidos) eran sirvientes en las casas de la aristocracia, formando parte de su personal doméstico y componiendo e interpretando según sus amos les pedían. En cambio, las condiciones del arreglo al que llegó Beethoven con sus benefactores daban libertad al compositor de componer lo que él quisiera, bajo demanda o no, y cuando él quisiera.[5]

El incidente de Teplice

En 1812, Beethoven se traslada al balneario de Teplice y durante su estancia escribió la carta Amada inmortal, que provocó multitud de especulaciones sobre su destinataria aunque nunca se ha podido averiguar con exactitud. En 1977 el musicólogo estadounidense Maynard Solomon afirmó que la carta iba dirigida a Antonie Brentano, la esposa de un mercader de Fráncfort del Meno y madre de cuatro hijos. Debido a su sentido ético y su miedo al matrimonio, Beethoven abandonó esta relación, a pesar de los conflictos emocionales que le causó.[7] En julio de ese año, Elizabeth von Arnim organizó un encuentro entre el compositor y Johann Wolfgang von Goethe. Más tarde la condesa publicó su correspondencia con Goethe y en una de sus cartas al conde Hermann von Pückler-Muskau relató cierto suceso que al parecer habría ocurrido en dicho balneario ese mismo verano, cuando Beethoven y Goethe se encontraron por primera vez. Ambos paseaban por la alameda del balneario y de pronto apareció frente a ellos la emperatriz con su familia y la corte. Goethe, al verlos, se hizo a un lado y se quitó el sombrero. En cambio, el compositor se lo caló todavía más y siguió su camino sin reducir el paso, haciendo que los nobles se hicieran a un lado para saludar. Cuando estuvieron a cierta distancia se detuvo para esperar a Goethe y decirle lo que pensaba de su comportamiento «de lacayo».
Según Elisabeth von Arnim, el mismo Beethoven le habría contado esta anécdota. Sin embargo, su veracidad es muy discutida y hoy existe un cierto acuerdo en considerarla, si no por completo, al menos en buena parte invento de Elisabeth. En su carta a von Pückler-Muskau, le pregunta si le gusta la historia, «Kannst du sie brauchen?» («¿Puedes utilizarla?»). Von Arnim, sin embargo, decide utilizarla ella misma y en 1839 publicó, en la revista Athenäum una carta, supuestamente de Beethoven, en la que éste contaba la anécdota. El original de esta carta no apareció nunca, sólo la copia, y algunos detalles (como la fecha) indican que Beethoven no la escribió nunca, o al menos no tal como fue transcrita. Independientemente de su autenticidad, el incidente encantó a la sociedad vienesa, que lo creyó verdadero durante mucho tiempo.

Beethoven pasó los últimos años de su vida casi totalmente aislado por la sordera, relacionándose solamente con algunos de sus amigos a través de los «cuadernos de conversación», que le sirvieron como medio de comunicación. Su último gran éxito fue la Novena Sinfonía, terminada en 1823. En los tres años finales se dedicó a componer cuartetos de cuerda y la Missa Solemnis. El 13 de abril de ese año conoció a Franz Liszt, que entonces tenía 11 años, durante un concierto del compositor húngaro y lo felicitó por su interpretación. Años más tarde, Liszt transcribió todas las sinfonías de Beethoven para piano y fue un destacado intérprete de su obra. El estreno de la Novena Sinfonía tuvo lugar el 7 de mayo de 1824 y fue un rotundo éxito a pesar de las dificultades técnicas que la sinfonía entrañaba. Este éxito no se tradujo en una ganancia financiera y los problemas económicos continuaron acuciando al compositor, que aunque tenía el dinero que estaba ahorrando, no lo podía utilizar ya que estaba destinado como herencia para su sobrino.[5]
La salud del maestro decayó inexorablemente durante su estancia en la casa de su hermano en Gneixendorf, a pesar de los cuidados de su familia. Su hermano Nikolaus Johann recordaba: «Al almuerzo comía únicamente huevos pasados por agua, pero después bebía más vino, y así a menudo padecía diarrea, de modo que se le agrandó cada vez más el vientre, y durante mucho tiempo lo llevó vendado». Tenía edemas en los pies y se quejaba continuamente de sed, dolores de vientre y pérdida de apetito. En esa época comenzó la composición de la Décima Sinfonía.
El 1 de diciembre de 1826 Beethoven y Karl volvieron a Viena. La premura de la decisión determinó que carecieran de un transporte adecuado y solamente pudieron conseguir un viejo carromato descubierto. El viaje resulta catastrófico para una persona en el estado en que se encontraba: Beethoven llevaba ropa de verano y se vio obligado a pasar la noche en una taberna de la aldea donde la habitación no tenía calefacción ni persianas que lo protegieran del frío. Hacia la medianoche sufre un escalofrío febril y comienza una tos seca acompañada de sed intensa y fuertes dolores en los costados. Estando así, el maestro bebe grandes cantidades de agua helada que sólo agravan su condición. Sin embargo, logra recuperarse de su crisis gracias a la atención del doctor Wawruch y consiguió llegar a la capital. El 20 de diciembre se le extrajeron fluidos abdominales. Karl permaneció durante todo el mes a su lado hasta su incorporación, en enero, a su regimiento. El joven se había reconciliado totalmente con su tío tras el lamentable episodio del suicidio: «Mi querido padre: vivo satisfecho y sólo me pesa verme separado de ti».

Casi en la miseria, a pesar de tener una gran fortuna en acciones de banco, escribió a sus amigos en Londreslibras esterlinas prestadas incondicionalmente. Cuando se difundió en Viena el estado terminal de Beethoven, todos sus antiguos amigos que aún vivían acudieron a su domicilio de la Schwarzspanierhaus para pedir algún dinero. La respuesta llegó de inmediato, junto con doscientas para expresarle sus deseos de una pronta recuperación, aunque en realidad su propósito era despedirse del envejecido compositor.
A pesar de los cuidados de su médico y el cariño de sus amigos, la maltrecha salud del músico, que había padecido problemas hepáticos durante toda su vida, empeoró. Esos últimos días le acompañaron Franz Schubert, quien en realidad no se atrevió a visitar al maestro, pero un amigo de ambos le mostró al moribundo las partituras de sus lieder, que Beethoven tuvo oportunidad de admirar y se le atribuye la frase: «es verdad que en este Schubert se encuentra una chispa divina», recordando el comentario que sobre él hiciera Mozart y haciendo el cumplido que no hiciera a ningún otro músico.[11] El 20 de marzo escribe: «estoy seguro de que me iré muy pronto». Y el día 23, entre los estertores del moribundo, algunas fuentes indican que exclamó: «Aplaudid amigos, comedia finita est» («La comedia ha terminado»), un final típico de la comedia del arte, aunque en 1860 Anselm Hüttenbrenner negó que Beethoven hubiera pronunciado tales palabras.[12] Esa misma tarde tomó la pluma para designar a su sobrino Karl legatario de todos sus bienes.

Fallecimiento 
Al día siguiente, 24 de marzo de 1827, Beethoven recibe la extremaunción y la comunión según el rito católico. Cabe señalar que las creencias personales de Beethoven fueron muy poco ortodoxas. Esa misma tarde entra en coma para no volver a despertar hasta dos días más tarde. Su hermano Nikolaus Johann, su cuñada y su admirador incondicional Anselm Hüttenbrenner le acompañaron al final ya que sus pocos amigos habían salido a buscar una tumba. Sus últimas palabras fueron dirigidas al vino del Rin que llegó después de mucho esperar el encargo, que se esperaba surtiera buenos efectos sobre la salud del músico: «Demasiado tarde, demasiado tarde...». Hüttenbrenner relató los últimos momentos del compositor el 27 de marzo de 1827 de la siguiente forma:
Permaneció tumbado, sin conocimiento, desde las 3 de la tarde hasta las 5 pasadas. De repente hubo un relámpago, acompañado de un violento trueno, y la habitación del moribundo quedó iluminada por una luz cegadora. Tras ese repentino fenómeno, Beethoven abrió los ojos, levantó la mano derecha, con el puño cerrado, y una expresión amenazadora, como si tratara de decir: «¡Potencias hostiles, os desafío!, ¡Marchaos! ¡Dios está conmigo!» o como si estuviera dispuesto a gritar, cual un jefe valeroso a sus tropas «¡Valor, soldados! ¡Confianza! ¡La victoria es nuestra!». Cuando dejó caer de nuevo la mano sobre la cama, los ojos estaban ya cerrados. Yo le sostenía la cabeza con mi mano derecha, mientras mi izquierda reposaba sobre su pecho. Ya no pude sentir el hálito de su respiración; el corazón había dejado de latir.


Dos días después de su fallecimiento, el 29 de marzo, tuvo lugar el funeral. Se celebró en la Iglesia de la Santa Trinidad, distante un par de cuadras del domicilio de Beethoven, y en él se interpretó el Réquiem en re menor de Wolfgang Amadeus Mozart. Al mismo asistieron más de 20.000 personas, entre las que se encontraba Schubert, gran admirador suyo. El actor Heinrich Anschütz leyó la oración fúnebre que fue escrita por el poeta Franz Grillparzer, a las puertas del cementerio de Währing, ahora Schubert Park.[5]
En su escritorio de trabajo se encontró el Testamento de Heiligenstadt, redactado en 1802, en donde explica a sus hermanos el porqué de su profunda amargura. También se encontró la mencionada desgarradora carta de amor dirigida a su «Amada inmortal» a la que llama «mi ángel, mi todo, mi mismo yo».


viernes, 8 de octubre de 2010

ENGLISH DIALECTS

Dialects of English

Dr. C. George Boeree



English is actually an unusual language.  Already a blend of early Frisian and Saxon, it absorbed Danish and Norman French, and later added many Latin and Greek technical terms.  In the US, Canada, Hawaii, Australia, New Zealand, South Africa, and elsewhere, it absorbed terms for indigenous plants, animals, foodstuffs, clothing, housing, and other items from native and immigrant languages.  Plus, the various dialects, from Cockney to Jamaican, and innumerable sources of slang, from Polari to hip hop, continue to add novel terms and expressions to the mix.  It is no surprise to hear from people learning English what a student once told me:  English just has too many words!

Pronunciation (for our purposes):

  • i: as in beet
  • i as in bit
  • ei as in bait
  • e as in bet
  • æ as in bat
  • a: as in father
  • å as in pot (RP)
  • o as in paw
  • ou as in coat
  • u as in cook
  • u: as in kook
  • œ as in but
  • ' as in ago
  • yu: as in cute
  • ai as in kite
  • oi as in coy
  • au as in cow
  • c as in church
  • j as in judge
  • th as in thin
  • dh as in then
  • sh as in shush
  • zh as in azure
  • ng as in ring
  • hw as in whale
  • hy as in huge
  • ü as in German
  • ö as in French
  • kh as in Scottish loch (lokh)
  • gh as in Dutch
  • ñ as in Spanish
  • ? as t in Cockney bottle (bo?'l)




British English


Southern

Southern English engages in r-dropping, that is, r's are not pronounced after vowels, unless followed by another vowel.  Instead, vowels are lengthened or have an /'/ off-glide, so fire becomes /fai'/, far becomes /fa:/, and so on.
  • regular use of "broad a" (/a:/), where GA (General American) would use /æ/.
  • "long o" is pronounced /'u/, where GA uses /ou/.
  • final unstressed i is pronounced /i/, where GA uses /i:).
  • t between vowels retained as /t/ (or a glottal stop, in its variants), where GA changes it to /d/.
The English of well-bred Londoners, especially graduates of the public schools (e.g. Eton and Harrow) and "Oxbridge" universities, was the origin of "the Queen's English," also known as Received Pronunciation (RP), BBC, or "posh."
Cockney

Originally the dialect of the working class of East End London.
  • initial h is dropped, so house becomes /aus/ (or even /a:s/).
  • /th/ and /dh/ become /f/ and /v/ respectively: think > /fingk/, brother > /brœv'/.
  • t between vowels becomes a glottal stop: water > /wo?i/.
  • diphthongs change, sometimes dramatically: time > /toim/, brave > /braiv/, etc.
Besides the accent, it includes a large number of slang words, including the famous rhyming slang:
  • have a butchers -- take a look [from butcher's hook = look]
  • north and south -- mouth
  • plates -- feet [from plates of meat = feet]
  • boat race --  face
  • skin and blister -- sister
  • trouble --  wife [from trouble and strife = wife]
  • dustbin lids -- kids / children
  • whistle -- suit [from whistle and flute = suit]
  • oily rag -- fag = cigarette
  • jam jar -- car
  • mince pies -- eyes
  • pen and ink -- stink
  • porkies -- lies [from pork pies = lies]
  • titfer -- hat [from tit for tat = hat]
  • apples and pears -- stairs
  • Jimmy --  urinate [from Jimmy Riddle = piddle]
  • Bertie Woofter --  gay man [from Bertie Woofter = poofter]
  • China --  mate / friend  [from China plate = mate]
  • Khyber --  buttocks [from Khyber Pass = ass]
  • rabbit and pork --  talk
  • tea leaf  --  thief
  • taters -- cold  [from potato mold  = cold]
  • dog and bone -- phone
  • loaf  --  head  [from loaf of bread = head]
  • brown bread --  dead
  • elbows and knees -- trees
  • gold watch  --  Scotch
  • pride and joy --  boy
  • current bun --  Sun
  • dicky --  shirt [from dicky dirt = shirt]
  • pots and pans -- hands
  • jugs  --  ears [from jugs of beers = ears]
  • ones and twos -- shoes
  • daisies  --  boots [from daisy roots = boots]
  • bird --  prison [from bird lime = time, as in doing time]


Estuary English

From London down the Thames and into Essex, Sussex, and even Kent, a new working and middle class dialect has evolved and is rapidly become "the" southern dialect.  It combines some of the characteristics of Cockney with RP, but makes much less use of Cockney slang.
East Anglian

This dialect is very similar to the Southern:
  • t between vowels usually becomes a glottal stop.
  • /ai/ becomes /oi/: time > /toim/.
  • RP yu becomes u: after n, t, d... as in American English.
East Midlands

The dialect of the East Midlands, once filled with interesting variations from county to county, is now predominantly RP.  R's are dropped, but h's are pronounced.  The only signs that differentiate it from RP:
  • ou > u: (so go becomes /gu:/).
  • RP yu; becomes u: after n, t, d...  as in American English.
The West Country
  • r's are not dropped.
  • initial s often becomes z (singer > zinger).
  • initial f often becomes v (finger > vinger).
  • vowels are lengthened.
West Midlands

This is the dialect of Ozzie Osbourne!  While pronunciation is not that different from RP, some of the vocabulary is:
  • are > am
  • am, are (with a continuous sense) > bin
  • is not > ay
  • are not > bay
Brummie is the version of West Midlands spoken in Birmingham.
Lancashire

This dialect, spoken north and east of Liverpool, has the southern habit of dropping r's.  Other features:
  • /œ/ > /u/, as in luck (/luk/).
  • /ou/ > /oi/, as in hole (/hoil/)
Scouse is the very distinctive Liverpool accent, a version of the Lancashire dialect, that the Beatles made famous.
  • the tongue is drawn back.
  • /th/ and /dh/ > /t/ and /d/ respectively.
  • final k sounds like the Arabic q.
  • for is pronounced to rhyme with fur.
Yorkshire

The Yorkshire dialect is known for its sing-song quality, a little like Swedish, and retains its r's.
  • /œ/ > /u/, as in luck (/luk/).
  • the is reduced to t'.
  • initial h is dropped.
  • was > were.
  • still use thou (pronounced /tha/) and thee.
  • aught and naught (pronounced /aut/ or /out/ and /naut/ or /nout/) are used for anything and nothing.
Northern

The Northern dialect closely resembles the southern-most Scottish dialects.  It retains many old Scandinavian words, such as bairn for child, and not only keeps its r's, but often rolls them.  The most outstanding version is Geordie, the dialect of the Newcastle area.
  • -er > /æ/, so father > /fædhæ/.
  • /ou/ > /o:'/, so that boat sounds like each letter is pronounced.
  • talk > /ta:k/
  • work > /work/
  • book > /bu:k/
  • my > me
  • me > us
  • our > wor
  • you plural > youse


Wales

Welsh English is characterized by a sing-song quality and lightly rolled r's.  It has been strongly influenced by the Welsh language, although it is increasingly influenced today by standard English, due to the large number of English people vacationing and retiring there.



Scotland

Scotland actually has more variation in dialects than England!  The variations do have a few things in common, though, besides a large particularly Scottish vocabulary:
  • rolled r's.
  • "pure" vowels (/e:/ rather than /ei/, /o:/ rather than /ou/)
  • /u:/ is often fronted to /ö/ or /ü/, e.g. boot, good, muin (moon), poor...
There are several "layers" of Scottish English.  Most people today speak standard English with little more than the changes just mentioned, plus a few particular words that they themselves view as normal English, such as to jag (to prick) and burn (brook).  In rural areas, many older words and grammatical forms, as well as further phonetic variations, still survive, but are being rapidly replaced with more standard forms.  But when a Scotsman (or woman) wants to show his pride in his heritage, he may resort to quite a few traditional variations in his speech.  First, the phonetics:
  • /oi/, /ai/, and final /ei/ > /'i/, e.g. oil, wife, tide...
  • final /ai/ > /i/, e.g. ee (eye), dee (die), lee (lie)...
  • /ou/ > /e/, e.g. ake (oak), bate (boat), hame (home), stane (stone), gae (go)...
  • /au/ > /u/, e.g. about, house, cow, now... (often spelled oo or u)
  • /o/ > /a:/, e.g. saut (salt), law, aw (all)...
  • /ou/ > /a:/, e.g. auld (old), cauld (cold), snaw (snow)...
  • /æ/ > /a/, e.g. man, lad, sat...
  • also:  pronounce the ch's and gh's that are silent in standard English: nicht, licht, loch...
Plus, the grammar:
  • Present tense:  often, all forms follow the third person singular (they wis, instead of they were).
  • Past tense (weak verbs):  -it after plosives (big > biggit); -t after n, l, r, and all other unvoiced consonants (ken > kent); -ed after vowels and all other voiced consonants (luv > luved).
  • Past tense (strong verbs): come > cam, gang > gaed and many more.
  • On the other hand, many verbs that are strong in standard English are weak in Scottish English:  sell > sellt, tell > tellt, mak > makkit, see > seed, etc.
  • Past participle is usually the same as the past (except for many strong verbs, as in standard English)
  • Present participle: -in (ken > kennin)
  • The negative of many auxiliary verbs is formed with -na:  am > amna, hae (have) > hinna, dae (do) > dinna, can > canna, etc.
  • Irregular plurals:  ee > een (eyes), shae > shuin (shoes), coo > kye (cows).
  • Common diminutives in -ie:  lass > lassie, hoose > hoosie...
  • Common adjective ending: -lik (= -ish)
  • Demonstratives come in four pairs (singular/plural):  this/thir, that/thae, thon/thon, yon/yon.
  • Relative pronouns:  tha or at.
  • Interrogative pronouns: hoo, wha, whan, whase, whaur, whatna, whit.
  • Each or every is ilka; each one is ilk ane.
  • Numbers: ane, twa, three, fower, five, sax, seeven, aucht, nine, ten, aleeven, twal...
And finally, the many unique words:  lass, bairn (child), kirk (church), big (build), bonny, greet (weep), ingle (household fire), aye (yes), hame (home)...  As you can see, Scottish English in its original glory is as near to being different language as one can get, rather than simply another dialect of English.  See Clive P L Young's Scots Haunbuik at http://www.electricscotland.com/tourist/sh_gram.htm for more detail.

There are also several urban dialects, particularly in Glasgow and Edinburgh.  The thick dialect of the working class of Edinburgh can be heard in the movie Trainspotting.

In the Highlands, especially the Western Islands, English is often people's second language, the first being Scottish Gaelic.  Highland English is pronounced in a lilting fashion with pure vowels.  It is, actually, one of the prettiest varieties of English I have ever heard.



Ireland

English was imposed upon the Irish, but they have made it their own and have contributed some of our finest literature.  Irish English is strongly influenced by Irish Gaelic:
  • r after vowels is retained
  • "pure" vowels (/e:/ rather than /ei/, /o:/ rather than /ou/)
  • /th/ and /dh/ > /t/ and /d/ respectively.
The sentence structure of Irish English often borrows from the Gaelic:
  • Use of be or do in place of usually:
    • I do write... (I usually write)
  • Use of after for the progressive perfect and pluperfect:
    • I was after getting married (I had just gotten married)
  • Use of progressive beyond what is possible in standard English:
    • I was thinking it was in the drawer
  • Use of the present or past for perfect and pluperfect:
    • She’s dead these ten years (she has been dead...)
  • Use of let you be and don’t be as the imperative:
    • Don’t be troubling yourself
  • Use of it is and it was at the beginning of a sentence:
    • it was John has the good looks in the family
    • Is it marrying her you want?
  • Substitute and for when or as:
    • It only struck me and you going out of the door
  • Substitute the infinitive verb for that or if:
    • Imagine such a thing to be seen here!
  • Drop if, that, or whether:
    • Tell me did you see them
  • Statements phrased as rhetorical questions:
    • Isn’t he the fine-looking fellow?
  • Extra uses of the definite article:
    • He was sick with the jaundice
  • Unusual use of prepositions:
    • Sure there’s no daylight in it at all now
As with the English of the Scottish Highlands, the English of the west coast of Ireland, where Gaelic is still spoken, is lilting, with pure vowels.  It, too, is particularly pretty.


The Growth of the English Language

THE ENGLISH LANGUAGE 

FACTS AND TRUTHS

           Researches made by the British Council, "English has official* or special status in at least seventy-five countries with a total population of over two billion. English is spoken as a native* language by around 375 million and as a second language* by around 375 million speakers in the world. Speakers of English as a second language will soon outnumber those who speak it as a first language. Around 750 million people are believed to speak English as a foreign language*. One out of four of the world's population speak English to some level of competence. Demand from the other three-quarters is increasing."

 What people use English for
     The British Council says "English is the main language of books, newspapers, airports and air-traffic control, international business and academic conferences, science, technology, diplomacy, sport, international competitions, pop music and advertising.

     Over two-thirds of the world's scientists read in English. Three quarters of the world's mail is written in English. Eighty per cent of the world's electronically stored information is in English. Of the estimated forty million users of the Internet, some eighty per cent communicate in English, but this is expected to decrease to forty per cent as speakers of other languages get online."

What our students say about English
     "English is an easy language. There are no accents, the tenses of verbs are simplified and the adjectives are invariable", says Gustavo O. after three years studying it at school. Anaelle S. agrees with him but she finds the many different ways words are pronounced and the spelling difficult to cope with. Nicolas de F. finds it interesting and cool because through it he can understand many films and songs. "You need English to travel around the world - it's a language almost everybody understands - so it's easier to communicate with people from different cultures", says Daniela K. . According to Aldebaran D., "you must speak English if you want a good job especially if you want to work with computers".

The Growth and Expansion of English

     English is part of the Germanic branch of the Indo-European family of languages. By year 1000, the English language consisted of approximately 40 000 words. Nowadays, the number has grown to more than 500 000. If we calculate the average of words created per century, this comes to 46 000. A great number of words found in the English vocabulary was borrowed from Latin, French, Low German, and the Scandinavian languages. We also know that some periods were more fertile than others: invasions, contact with other cultures, inventions, technological progress, music, fashion are some of the factors which have helped to enrich the language.
     British colonialism in the 19th century and American capitalism and technological progress in the 20th century were undoubtely the main causes for the spread of English throughout the world.
     From around 1750 to 1950 the British Empire covered about a quarter of the globe. It was one of the most powerful empires the world has ever known. The colonies gradually freed themselves but about fifty countries chose to keep a connection with Britain by belonging to the The British Commonwealth. English is spoken all over the Commonwealth either as a native or an official language, and the British monarch is the symbolic head of the association.
     The USA has played a leading role in most domains for the last hundred years. At the end of the 19th century and first quarter of the 20th, it welcomed millions of European immigrants who had fled their countries ravaged by war, poverty or famine. This labour force strenghtened American industries and development. The Hollywood film industry also attracted many foreign artists in quest of fame and fortune and the number of American films produced every year soon flooded the market. Before the Treaty of Versailles(1919), which ended the First World War between Germany and the Allies, diplomacy was conducted in French. However, President Wilson succeeded in having the treaty in English as well. Since then, English started being used in diplomacy and gradually in economic relations and the media. During the II World War, America intervened both militarily and economically to save Europe from chaos. From then onwards, the United States have consolidated their cultural, economical and technological power: inventions, rock and roll, the first man on the moon, the revolution of the Internet, the country's growing prosperity and commercial aggressiveness have contributed to the further expansion and importance of English in the world today.


Influences
     The Oxford English Dictionary's new edition will come out in 2010.The Chief Editor of OED , John Simpson, has issued an appeal for new words: 'There is no longer one English - there are many Englishes. Words are flooding into the language from all corners of the world'.

     The "internationalisation" of English may bring new possibilities for native speakers of the language :
In his MA thesis,"The Spread of English and Its Appropriation", Daniel Spichtinger quotes MCabe "...whereas for two centuries we exported our language and our customs in hot pursuit of...fresh markets, we now find that our language and our customs are returned to us but altered so that they can be used by others...so that our own language and culture discover new possibilities, fresh contradictions." This may refer to writers from Africa, Asia and former colonies who have used and appropriated the English language for their own purposes but whose usage of English has also made their works accessible to a wider audience. For Kachru, "once English aquires a new identity through creative writing, the language is liberated from its colonial past."